Mi madre es grande, mi madre es
generosa, pues además de darme la vida me lo ha dado todo, me dio las alas con
las que llego hasta donde lo deseo, me dio una caja de herramientas con las que
construyo mis sueños y las ganas de aprender constantemente. Mi madre me enseñó
el mundo y a decir “gracias”, me protegió de los monstruos del closet y curó mis
enfermedades, me enseñó la importancia de pedir perdón, de ser humilde y compasiva
y nunca una ignorante. Ella me enseñó que
la acumulación de riqueza debe fundamentarse en el trabajo, que las
desigualdades no son justas y la verdad te evita problemas. Me enseñó a ser
responsable y mantener mi palabra, a admirar al sabio y no al popular, a cuidar
a los animales y a querer mejorar mi entorno, me enseñó que el honor, el
respeto y la educación no se compran, y que el trabajo dignifica al sujeto.
Mi madre es única, como única fue su forma de amar, criar y
proteger. No me imagino de otra manera, al final todo tuvo un sentido y
agradezco que haya sucedido así.
Te extraño.
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