martes, 10 de febrero de 2009

Porque no dejo de pensarte

... y no dejo de pensarte.
Al cerrar los ojos, al respirar profundo, al contemplar el silencio.
Por todos lados encuentro el dulce mirar de tus ojos azules
el sabor de tus labios rojos y el jugeteo de tu lengua inquieta.
Me sonrojo con el solo hecho de recordar tu sonrrisa
y me da vueltas el estomago al evocar tu beso largo, profundo, apasionado.

Mi piel se eriza al revivir tu caricia, lenta, suave, rítmica,
y mis labios buscan deseosos la sedosidad de tu sien húmedecida.
Y sin embargo te dejo que me dejes ir sin decir nada más
Sólo un adios nos basta para no saber lo que pasará
para evitar lagrimas derramar

Sólo un adios; y no dejo de pensarte.